jueves, 22 de agosto de 2013

Reflexiones sobre el Buen Vivir, el Burro y la Zanahoria y la Ciudadanía Administrada

1. El Buen Vivir, ¿o sea que mismo es?

Ahora que me ha dado por andar por todo lado acompañado de mi cámara de fotos (una Nikon d7000) se me ocurrió la genial idea de hacer una foto del Buen Vivir o del #BuenViviendo como debería denominarse a la condición en la que se halla una personas que habita una ciudad (o un lugar) que cultiva el Buen Vivir.
La “Calidad de Vida” es más sencilla de retratar porque es el reflejo del estado al que un individuo aspira a llegar, un momento que otro, un tercero, ha idealizado y que es similar al de esas viejas publicidades de Whisky de hace algunos años, en las que parecía que todo lo que un hombre (sí, un hombre) deseaba se resumía en una joven y guapa mujer, un carro caro o mejor un bote, un lugar paradisiaco donde pasar un buen rato  y el dinero para comprarlos (mujer, vehículo, lugar y tiempo), así, puro y duro.

Lo del Buen Vivir me causa un poco más de complicación al momento del retrato, tanto que hasta hoy no consigo una buena imagen. Como avance debo mencionar que he logrado –con cierta ayuda y el perdón de los entendidos– construir mi propia definición de Buen Vivir, la que explico apoyado del siguiente ejercicio:
a.       Determinar los aspectos de tu vida que te son más relevantes. 
b.      Asignar a cada uno un peso, considerando que estos pesos podrían cambiar entre distintas etapas de la vida de la persona.
c.       Desarrollar esos aspectos relevantes hasta el límite posible pero siempre manteniendo equilibrados los pesos.
En mi caso, hoy, los aspectos relevantes con muy ligeras diferencias de peso, luego de familia, en el siguiente orden son:

·         Familia
·         Desarrollo profesional/personal
·         Relación con el ambiente
·         Relación con la comunidad
Para disfrutar del Buen Vivir o del #Buenviviendo basta solo con mantener en equilibrio esos aspectos relevantes, para que ninguna de las partes trunque o impida el cultivo y desarrollo de las otras. Con ello queda claro que el Buen Vivir no es un momento específico, ni la meta aspirada e inalcanzable, es el disfrute diario de una simbiosis plena entre individuo – familia – comunidad – entorno.

2.       La Fábula del Burro y la Zanahoria y la Ciudadanía Administrada.
La imagen del estado – aspiración de la “Calidad de Vida”, por años ha movido a las personas con el mismo resultado que lo hace la zanahoria que se ofrece al burro de la fábula, para que avance e igual que a este, mientras más se esfuerza la persona y mejor corre el burro, más cerca parece estar la zanahoria pero nunca deja de estar cerca. Cuantos habrán buscado la chica, el vehículo, el lugar paradisiaco y la plata pero máximo encontraron el Whisky o ni eso.

En contra posición el Buen Vivir, siempre en mi humilde opinión, así como una ciudad que pretenda cultivarlo, debe enfocarse en desplegar las condiciones óptimas para que cualquiera y todos sus ciudadanos puedan desarrollar –por igual- los aspectos relevantes que se han planteado para sí mismos
Si tuviera la posibilidad de diseñar una Ciudad del Buen Vivir me inclinaría por una en la que pueda cultivar una familia, que ofrezca seguridad, salud, educación, una ciudad con oportunidades, que permita el desarrollo profesional y personal incluso con apoyo e incentivos para emprender, donde las empresas crezcan con tecnología, con planificación, con creatividad y orden; una ciudad que respete su entorno, con espacios verdes y parques de tierra y árboles, con aves reales, con jardines reales; una ciudad que vele por quienes la habitan, que promueva equidad, que sea segura, con libertades y derechos (incluso a equivocarse); una ciudad que se preocupe de sus niños y de sus ancianos.

Hay otro punto importante a considerar y es el siguiente:
·         Es fundamental administrar la ciudad del Buen Vivir, pero no se debe confundir con administrar a las personas, o dicho de otro modo, ni el Buen Vivir es zanahoria ni el individuo es “ciudadano a administrar”, tampoco es el burro al que se ofrece zanahoria.
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Con esa argumentación dando vueltas por mi cabeza, me senté a escribir esta entrada antes de salir a buscar la foto, si ustedes tienen alguna y deciden compartirla háganlo utilizando #Buenviviendo, así me ayudan, también dejen un comentario.

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