martes, 5 de diciembre de 2023

El Metro de Quito: tres afirmaciones y varias cifras

Arrancaré este post con tres afirmaciones personales sobre el recientemente inaugurado Metro de Quito.

La primera es sobre la importancia de esta obra monumental, donde la inmensa inversión y el tiempo que tomó su construcción se justifican sobradamente en el volumen de gente que movilizará de hoy en adelante, por el tiempo que ahorrarán los quiteños en sus traslados y por lo que espero sea, traer algo de orden a una ciudad que se vuelve caótica con cada lluvia e insufrible en cada hora pico.

La segunda afirmación es sobre su relevancia. Considero que el Metro será un indiscutible éxito si logra optimizar la movilidad en toda la ciudad, si aletarga el incesante crecimiento del parque automotor quiteño, si su efecto se extiende a los cantones aledaños (simbióticos con la ciudad capital) y, si provoca que los quiteños caminen un poquito más todos los días, al menos, desde y hasta las estaciones del Metro.

La tercera afirmación es sobre su impacto, que va más allá de las notas de prensa, de las sonrisas virales o de la llegada de personas desde el interior del país solo para conocerlo. Este artilugio, como en su tiempo lo hizo el tren que inició García Moreno y terminó Alfaro, llegó para cambiar la ciudad, transformarla lentamente, modificar su cultura, coexistir con los vecinos, los negocios y la burocracia y para provocar cambios imparables y definitivos en todo y en todos.

El tren subterráneo de Quito, como se lo llamó en algún momento, así como ocurre en casi todos los proyectos trascendentales o en aquellos que atraen la atención pública, ha convocado (también) a los habitués y criollos surfistas de la popularidad, doctos comentaristas de vereda que con su celular en mano se dedican a lanzar flores o tomates al personaje popular de turno, según sea su conveniencia o la vereda que escogieron. Los más avezados, incluso plantearán “acciones urgentísimas y necesarias” sacadas de los manuales escritos por esos mismos metodólogos del desprestigio.

Para contextualizar lo que afirmo, añadiré algunos números extraídos del último censo nacional. Cifras que a mi juicio describen los lugares dónde se necesita movilizar personas y aquellos dónde es imprescindible que algunos vehículos particulares permanezcan estacionados, por lo menos para que mis premisas se cumplan.

En el Quito urbano, cuatro de cada diez hogares poseen (al menos) un automóvil para uso exclusivo del hogar, pero al ampliar la mirada hacia su interior vemos que Rumipamba e Iñaquito llegan a 76% y 67%, mientras que Jipijapa, La Concepción, Kennedy, Ponceano, Mariscal Sucre, Carcelén y Cotocollado superan el 50% de hogares con esa característica. Si usted reside en alguno de ellos, entenderá que el dolor de cabeza que sufre cuando queda atrapado en el tráfico se debe a lo que reflejan esos números (más otros que no son medidos por los censos).

Si arriesgamos un poco el análisis y asumimos (solo para este post) una sola unidad por cada hogar que declaró disponer de un automóvil de uso exclusivo, podremos concluir que en parroquias como Rumipamba o Iñaquito la relación es un auto por cada tres residentes y que en la Mariscal Sucre o en Jipijapa es de un auto para cada cinco personas. En cualquiera de esos casos, toda su población podría movilizarse cómodamente sentada, en vehículos de uso exclusivo y al mismo tiempo. Obviamente, se armaría un zafarrancho mayor que el que resultó de la travesura de los amigos del Ramón Ayala (y Sandoval) que, disfrazados obligaron al buen hombre a abandonar su amor por las mistelas (y por la chola Marieta) al rendirse ante el ataque del gallo de la catedral y pedirle perdón por los insultos que le profería de tarde en tarde, una de esas cosas propias del buen vivir bohemio y dicharachero del Quito anterior a este nuevo Quito.

La contracara, es decir, los lugares donde hay más hogares y personas que autos están en el Centro Histórico (20%), La Libertad (23%), Guamaní (25%), Llano Chico (26%) y Turubamba (27%), sectores a los que es necesario añadir otros con alta presencia de motocicletas en los hogares, como Llano Chico, El Condado, y Comité del Pueblo con 10% o La Mena, San Isidro del Inca, La Magdalena y Carcelén con el 9% de hogares que tienen (al menos) una motocicleta. En esos lugares, es fácil intuir, hay usuarios que decidirán entre el metro, el trole, un bus o usar una bici o simplemente caminar para movilizarse.

Si bien, es verdad que la idea de dotar de un tren subterráneo a Quito se expuso el mismo año que los militares abandonaron Carondelet (1978), que fueron cinco los alcaldes que impulsaron su construcción y lo hicieron a lo largo de tres periodos presidenciales, al igual que pasó con el tren de García Moreno, la obra estará asociada a quién estuvo al frente de la gestión que lo concluyó y entregó. Es que, eso siempre termina así, o ¿acaso alguien sabe quién fue John Harman?, ¿lo qué aportó al Tren de Alfaro?, o al menos, ¿en qué lugar de Huigra fueron sepultados sus huesos?

Cierro esta entrada resaltando el trabajo de los “Quito Renace”, ellos han logrado cerrar el esfuerzo de cientos y quizás miles de personas anónimas que trabajaron para legar esta obra monumental a su ciudad, lo hago también felicitando a los 2.6 millones de residentes en Quito por este hito y, recomendando el cuidado de un bien público que fue y continuará siendo financiado con los recursos de todos los ecuatorianos, incluso de quienes nunca se subirán a uno de sus vagones o, ni siquiera, conocerán alguna de las (preciosas) estaciones del recién inaugurado Metro de Quito.
 

jueves, 5 de octubre de 2023

Inmigrantes en el Ecuador: una mirada desde el Censo Nacional

Entre las poblaciones de estudio del último censo nacional, la que mayores cambios presenta es la de migrantes internacionales, es decir, la de aquellos residentes en Ecuador que nacieron en otro país.

En estos últimos doce años, su composición ha cambiado, ahora muestra mayor presencia de personas provenientes de Venezuela (54%), el origen que más ha crecido para convertirse mucho más que el doble de las que arribaron desde Colombia (23%), las que para el pasado censo eran la mitad de los inmigrantes internacionales residentes en el Ecuador. A su vez, España era el origen de la población de mayor crecimiento durante la primera década de los años dos mil.

Esta nueva perspectiva nacional, mayoritariamente venezolana y colombiana, no se cumple de la misma manera en todas las provincias e incluso ciertos cantones presentan realidades particularmente distintas. Por ejemplo, aunque la población venezolana es mayoritaria en 19 provincias del país y que su presencia es superior en las provincias de Pichincha (29,7%), Guayas (29,1%) y Manabí (9,1%), en Carchi (10,9%), Sucumbíos (8,8%), Esmeraldas (6,1%), Orellana (3%)y Napo (0,7%) la población colombiana es mayoritaria.

Particularidad que se repite en Loja, donde, por su condición de provincia fronteriza, uno de cada cuatro extranjeros residentes proviene del Perú, migrantes que han decidido asentarse principalmente en Zapotillo (28%), Loja (27,6%) y Macará (19%). la fotografía de esta provincia queda completa con el registro de población venezolana (22%), colombiana (9%) y estadounidense (6%). De los residentes venezolanos, la mayoría residen en los cantones Loja y Pindal.

Sobre otras poblaciones inmigrantes

El censo nacional reporta una significativa presencia de personas provenientes de los Estados Unidos, concentradas en Pichincha (25%), Azuay (24,8%) y Guayas (17,7%), especialmente en las ciudades de Quito (23,2%) y Cuenca (21,6%).

Su realidad tampoco se parece a la de otros inmigrantes, por ejemplo, si comparamos la población venezolana contra la estadounidense, además de su diferente distribución geográfica, detectamos diferencias en cuanto a sus edades y composición de sus hogares. Por una parte, hay una mayor proporción de niños menores de 12 años en el caso de la población venezolana, representando estos al 67,2% de los niños inmigrantes, mientras que los niños estadounidenses tan solo son el 5,7%.

Por otra parte, entre las poblaciones adulta y adulta mayor (aquellos que tienen 30 años o más), se aprecia que la población venezolana se concentra principalmente entre los 30 a 34 años, mientras que los estadounidenses que van desde los 65 a los 69 años son el grupo más representativo de la población adulta. Entre la población inmigrante adolescente y joven de Estados Unidos, el grupo más numeroso se encuentra en el rango de edades de 15 a 19 años, representando el 15,3% de la población nacida en ese país. En cambio, en la población adolescente y joven de Venezuela, la mayoría se concentra en el grupo de edad de 25 a 29 años, con un 13,9%.

Qué nos dice el censo de los venezolanos residentes en el Ecuador

A nivel cantonal, la población de origen venezolano, está más concentrada en el Distrito Metropolitano de Quito (27,7%), Guayaquil (21,1%), Manta (4,7%) y Cuenca (4,1%). Además, residen mayoritariamente en departamentos (50,1%) y casas particulares (33,2%). Esas viviendas presentan diferencias con los niveles generales de cobertura de servicios, por ejemplo, la cobertura de agua por red pública alcanza apenas el 86,9% y la de alcantarillado el 79,5%.

De los 231 mil venezolanos residentes en el Ecuador, el 15,9% se encuentra en el área rural, 51,9% son mujeres, 24,1% menores de 15 años y 1,7% mayores de 65 años. Uno de cada dos hogares venezolanos en el país está compuesto por una o máximo dos personas (33% y 23% respectivamente), mientras que el restante 44% por 3 integrantes o más.

Y, de las poblaciones minoritarias

El censo nacional también nos da la oportunidad para identificar el origen de las poblaciones migrantes minoritarias. Como dato interesante, se registraron personas que declararon provenir de países como Ucrania (346) e Israel (192), la mayoría de ellas concentradas en Pichincha (38,6%) y Guayas (18,1%).

En conclusión, pensar la migración como un fenómeno estático, que no cambia ni en tamaño ni en  composición o que permanece inmutable y homogenea en todo el país, limita el analisis sobre las realidades de cada territorio, induciendo a quienes tienen el poder de decidir a asumir como verdad la generalidad y ocultando particularidades como las que dieron origen a esos desplazamientos, que en unos casos parecerían motivarse en la busqueda del lugar que les ofrece condiciones favorables para su retiro laboral por ejemplo, mientras que en otros solo es el destino al que les condujo la desesperanza y la falta de oportunidades. ¿Serán acaso las mismas razones que están provocando la salida de ecuatorianos al exterior?

 

 

 

viernes, 29 de septiembre de 2023

Un Breve Vistazo a la Realidad Demográfica de los Adultos Mayores en Ecuador: Datos del Último Censo Nacional

La población de adultos mayores, es decir, aquellos que han alcanzado al menos los 65 años de edad, es un grupo que a menudo pasa desapercibido en las estadísticas oficiales. Los censos, por su capacidad de desagregación, mayor a la que ofrecen las encuestas, nos permiten mirar con cierto detalle el tamaño y las condiciones de vida de esas personas.

El último censo nacional reportó un mayor número de adultos mayores y nos dice que esa población creció frente a lo observado en censos anteriores. El 9% de la población contada declaró tener edades de 65 años o más, una proporción más alta que la observada en 2010, cuando apenas llegaba al 5.6%. Más interesante es el número de personas con 80 años o más que creció en estos últimos 12 años, alrededor del 65%, alcanzando en la actualidad la cifra de 395 mil individuos. Para que tengamos una idea, el tamaño de esa población solo sería superado por la población de Cuenca, Quito o Guayaquil si estuviera concentrada en una sola ciudad y las personas de 80 años o más serían sus únicos habitantes.

Si miramos las provincias, en Guayas y Pichincha residen cerca del 45% de la población adulta mayor, pero las concentraciones más altas (respecto a su población total) se encuentran en Loja (11.9%), Bolívar (11.7%), Cañar (11.6%) y Chimborazo (11.4%).

En dos de cada 10 hogares se registró la presencia de al menos un adulto mayor, lo que significa que 1.2 millones de hogares ecuatorianos incluyen a una persona de ese grupo etareo. De esos hogares, 23.5% (276 mil) lo conforma un adulto mayor viviendo solo y el 12.9% (151 mil) de hogares están compuestos por dos personas de 65 años o más. Del total de adultos mayores, el 61.3% ejerce la representación del hogar, lo que corresponde al 18% de los hogares del país.

Al mirar las áreas geográficas, se destaca una mayor concentración de adultos mayores en las zonas urbanas, donde 930 mil personas de un total de 10.6 millones representan el 8.7% del total de la población urbana. De este grupo, el 55% corresponde a mujeres. Por otro lado, en las zonas rurales se registran 591 mil adultos mayores, lo que equivale al 9.4% de la población total en estas áreas.

Bolívar, Chimborazo y Loja destacan por tener una alta proporción de población adulta mayor que vive sola, representando el 2.42%, 2.34% y 2.07% de su respectiva población total. Por otro lado, 6,130 adultos mayores residen en viviendas colectivas.

Entre las 2,738 personas que reportaron tener 100 años o más, 1,859 son mujeres, lo que significa que 7 de cada 10 personas centenarias son mujeres (3 hombres por cada 7 mujeres). De estas mujeres, el 71.6% se declararon viudas, el 20.4% solteras y el 3.8% casadas. En menor medida, encontramos a las divorciadas (1.8%), separadas (1.5%) o unidas (1%).

Las provincias que exhiben los índices de vejez más elevados son Loja (49), Tungurahua (47) y Chimborazo (47), mientras que aquellas con los valores más bajos en el índice de vejez son Napo (17), Morona Santiago (15) y Orellana (13). El índice de envejecimiento refleja el aumento de la población adulta (65 años y más) en relación con la población más joven (menores de 15 años).

El censo actual nos cuenta que la conformación de la población es distinta a la que nos dibujó el censo anterior y nos indica que la manera como hemos concebido  nuestras ciudades debe ser ajustada para hacerlas más humanas y amigables con una población que está cambiando más rápidamente de lo que habíamos pensado.


jueves, 21 de septiembre de 2023

¿Ha Cambiado el Rostro de Ecuador en los Últimos 12 Años?


En este día, 21 de septiembre de 2023, el INEC entregó al país los principales resultados del 8vo Censo de Población y 7mo de Vivienda,  confirmando, en algunos casos, una realidad que ha sido reportada de manera frecuente por varios registros administrativos, aportando con nueva información sobre los avances identificados y alertando de cambios que se producen con mayor rapidez de la que el propio instituto había estimado.

El nuevo censo, al igual que el anterior, marca con dureza las diferencias que se mantienen entre áreas, ciudades o poblaciones. Datos que deben llamar la atención de quienes tienen el poder de cambiar esas realidades, movilizar a sus instituciones, entender los territorios bajo su competencia y atender a los ciudadanos que demandan cambios.

Para llegar al día de la entrega de resultados, recorrimos el país entero, en al menos dos ocasiones, la primera durante la actualización cartográfica y la última en el empadronamiento, visitando 6.6 millones de viviendas, donde nos detuvimos a conversar con las personas que residen en ellas. Con lo que nos contaron, podemos afirmar que en los doce años que separan los últimos censos, existieron mejoras en la cobertura de servicios básicos, no solo en electricidad, que ya llega al 97.5% de las viviendas, sino también en el acceso al agua, que ha mejorado y alcanza al 84.2% de las viviendas en todo el país.

Sin embargo, los esfuerzos son insuficientes, nos queda pendiente mejorar la cobertura del alcantarillado, que apenas llega al 65.8% y acortar las brechas observadas entre provincias o entre el área urbana y rural donde solo el 35.8% de las viviendas tiene acceso al alcantarillado.

Entre las confirmaciones, está el hecho de que los ecuatorianos continuamos viviendo mayoritariamente en casas, las que constituyen el 64.1% de las viviendas. Sin embargo, se destaca el significativo crecimiento en el número de departamentos, que ha aumentado del 11.9% en 2010 al 21.1% en 2022. Parece que tanto los quiteños como los provincianos que viven o están de paso quieren estar más cerca del cielo de Quito.

Una primera conclusión, que podría ser una hipótesis para los investigadores, es que la transición demográfica que está experimentando el país está cambiando su panorama. Por ejemplo, los hogares ecuatorianos son cada vez más pequeños, con un número promedio de 3.2 miembros, a diferencia de los 4.2 en 2001 y 3.8 en 2010. Las provincias de Napo, con 3.7, y Santa Elena, con 3.6, presentan hogares más grandes, mientras que Galápagos y Pichincha, con 2.9 y 3.1 respectivamente, tienen los hogares más pequeños.

No solo llama la atención el tamaño de los hogares, sino también el tamaño de los mismos. Los hogares unipersonales han aumentado en un 4.6%, pasando del 12.1% en 2010 al 16.7% en 2022. Por otro lado, los hogares de dos personas han crecido un 4.3%, desde 15.9% en 2010 al 20.2% en 2022, mientras que los hogares más grandes (de 5 o más miembros) han disminuido en un 10.1% entre 2010 y 2022.

También ha habido cambios al interior del hogar, los hemos ampliado para acoger a unos residentes muy especiales: 4.1 millones de hogares ecuatorianos han declarado tener al menos una mascota, y en los hogares con niños menores de 12 años, cuatro de cada diez tienen perros o gatos.

La pandemia, la falta de oportunidades y la violencia nos están dejando cicatrices que debemos analizar con cuidado. Un total de 247,955 hogares han mencionado que al menos una persona falleció en los últimos 3 años, mientras que 96,236 hogares informan que alguno de sus miembros ha salido del país y aún no ha regresado.

Los roles dentro del hogar también están cambiando, con un 38.5% de los hogares declarando a una mujer como representante, lo que representa un aumento de 10 puntos respecto a 2010.

El censo nos alerta sobre algunas transiciones que están ocurriendo más rápidamente de lo que habíamos proyectado. La tasa global de fecundidad se sitúa en 1.86 hijos por mujer en 2022, lo que significa que nuestra población está creciendo a un ritmo más lento de lo esperado.

En 2010, se reportó una tasa de crecimiento intercensal del 1.95% por año, mientras que, en 2022, se estima en un 1.3% por año. Aunque el censo ha contado a más niños que en el censo anterior, su proporción con respecto a la población total ha disminuido al 25.5%, lo que indica un cambio en la estructura demográfica.

La edad mediana de la población ecuatoriana ha aumentado en 5 años, pasando de 24 a 29 años entre 2010 y 2022. Provincias como Pichincha, Galápagos y Tungurahua tienen una edad mediana más alta, con 31 años, mientras que las provincias amazónicas de Morona Santiago y Orellana tienen edades medianas más jóvenes, de 21 y 23 años, respectivamente. Esto indica que nuestra población se ha convertido en una población adulta joven.

La diversidad de nuestro país se refleja en los datos del censo, con 3.3 millones de personas que forman parte de los Pueblos del Ecuador, que comprenden un 7.7% de indígenas, un 4.8% de afroecuatorianos y un 7.7% de montubios. Además, la población extranjera residente en Ecuador y que ahora asciende a 425,624 personas, lo que representa un 2.5% de la población total, con un 54.4% de nacidos en Venezuela y un 23% en Colombia. El censo también nos dice dónde y en qué condiciones viven esas poblaciones.

En resumen:

El Ecuador de 2022 tiene un rostro de mujer joven, como se desprende de los datos del propio censo. Las mujeres representan el 51.3% de la población residente, un dato que contrasta con el 48.7% de hombres. La edad promedio de las mujeres ecuatorianas se sitúa en 29 años, lo que sugiere un enfoque hacia la maternidad más tardía en la vida, posiblemente para centrarse en el desarrollo personal y la educación. Este cambio en la dinámica demográfica es evidente en la disminución de la tasa de fecundidad, en comparación con las estimaciones más altas realizadas anteriormente.

Este panorama demográfico también se refleja en la estructura de los hogares ecuatorianos. Los hogares son cada vez más pequeños, con un promedio de 3.2 miembros, en contraste con los 4.2 miembros registrados en 2001 y los 3.8 en 2010. Además, se ha observado un aumento en la cantidad de hogares unipersonales, lo que sugiere una tendencia hacia la independencia en la vida adulta.

En este contexto, las mujeres también están desempeñando un papel importante en la representación de los hogares, con un 38.5% de los hogares declarando a una mujer como representante, un aumento significativo de 10 puntos en comparación con 2010. Esto indica un cambio en las dinámicas familiares y en el liderazgo en el hogar.

En resumen, el censo nacional de 2022 ofrece una visión fascinante de la demografía ecuatoriana, donde las mujeres jóvenes desempeñan un papel fundamental en la evolución de la sociedad, tomando decisiones sobre la maternidad, la educación y el liderazgo en los hogares, y contribuyendo al cambio en la estructura de la población y la dinámica familiar en Ecuador.

martes, 19 de septiembre de 2023

El Infalible Método de 9 Pasos para Deslegitimar los Censos Nacionales

 

Los censos, por su impacto en las decisiones públicas, su exposición masiva y la atención que le prestan actores sociales o políticos, comúnmente son aprovechados por quienes quieren utilizarlos como una plataforma para ser visibles ante un país entero y hacer efectivos sus intereses personales o de grupo.

Es así que el censo ecuatoriano del año 2010 enfrentó reclamos hechos, por ejemplo, por uno de los alcaldes de Manabí, quien argumentaba que las cifras presentadas por el INEC no eran compatibles con el número de bautizos que había hecho durante diez años uno de los sacerdotes de ese cantón o, las muy emotivas visitas que recibíamos de quienes decían ser representantes de un territorio que aspiraba a convertirse en una parroquia de Esmeraldas y que necesitaba cumplir – cómo sea - con el requisito de población, para hacerlo había decidido ampliar sus límites al territorio de la jurisdicción vecina o, los argumentos que aunque opuestos, jurídicamente se hallaban muy bien sustentados por varios alcaldes litigantes en una disputa de límites entre Azuay y Guayas o, los de un ex director del INEC que demandaba la inclusión de preguntas sobre aceras y bordillos y camas hospitalarias que de ser incluidas – según él - harían que los indicadores de pobreza por NBI beneficien a su cantón al momento de la repartición de los presupuestos estatales. En fin, un conjunto de eventos aislados que desconocían (intencionalmente) la falta de competencias del INEC en el reconocimiento de límites oficiales o para interpretar - a conveniencia - ciertos documentos legales y menospreciaban la capacidad técnica de los funcionarios del Instituto para cuidar una operación estadística tan delicada y de tanta trascendencia.

Al rededor del mismo censo 2010, se promovieron varios argumentos falsos como el que afirmaba que al responder sobre el número de cuartos se permitía al gobierno de la época, identificar aquellas viviendas donde luego ese mismo gobierno obligaría a las familias ecuatorianas a recibir migrantes cubanos y venezolanos. Falacia monumental promovida por actores políticos anónimos, con el fin de afectar la imagen del gobierno a través de la exposición negativa del censo nacional. ¡Lo defendimos! ¡No lo lograron!

La experiencia internacional muestra similares patrones. Solo basta mirar lo ocurrido en el censo peruano del año 2017, cuando un ex jefe (símil del cargo de director en Ecuador) utilizaba los medios de comunicación para “anticipar errores” (inexistentes) de la oficina de estadística, se presentaba en entrevistas antes, durante y después del día del censo, las que parecerían sincronizadas con las etapas planificadas por el censo de ese país y con los hitos de mayor exposición de su campaña informativa. Chile en el año 2012 pierde la validez de su censo por errores relacionados con su planificación (el censo más moderno y profesional decían) y por el aprovechamiento de actores que movilizaron a técnicos de la propia oficina de estadística para colocarlos en escenarios públicos donde se explicaron mejor los problemas mientras que se omitieron las soluciones que pudieron haberse adoptado, Chile logra repetir su censo luego de cinco años, en 2017 lo hace de manera abreviada. En Argentina actores políticos argumentan contra la inclusión del número del documento de identidad en el censo 2022, la oficina de estadística lo retira del cuestionario censal como medida destinada a cuidar la imagen de su censo y, sin saberlo, le quita su mejor herramienta para trabajar en la calidad de la información colectada.

Mientras que, en Ecuador, impulsado por un ex director del INEC y bosquejada en una carta escrita entre septiembre y octubre de 2022 y distribuida a un grupo de asambleístas afines, se establece un Plan de Acción que se ejecuta en los ámbitos político, jurídico y comunicacional. Las acciones y el propio plan han quedado registradas en las redes sociales de los participantes, en entrevistas recogidas por medios de comunicación, en acciones de protección resueltas a favor del INEC, en comunicaciones oficiales al Instituto y a varias agencias de naciones unidas, incluso en correos electrónicos personales de funcionarios de naciones unidas, donde se trasmiten argumentos que coinciden con el Plan de Acción trazado para afectar la imagen del INEC y la reputación de sus funcionarios.

Esta cadena de acciones es la motivación para sistematizar “el infalible método de 9 pasos” que es el centro de mi última publicación:Manual para la Deslegitimación Política de los Censos de Población en América Latina y Cómo fue Aplicado en Ecuador”, la que pongo a disposición de quienes tengan interés en la planificación de grandes operativos estadísticos como son los censos de población y las encuestas especializadas.

Adjunto un avance de las primeras páginas del libro en este link: https://shorturl.at/FNP17 . Para obtener la obra completa, escríbanme a través del correo electrónico que se encuentra dentro del documento.

Nota de descargo sobre el libro: Como autor y responsable del diseño y ejecución de los censos de 2010 y 2022 en Ecuador, mi intención no es presentar una herramienta que socave la calidad e integridad de los censos. Por el contrario, mi propósito es exponer, de manera irónica, la experiencia del censo de 2022 para ayudar a comprender cómo se manipulan las narrativas y percepciones públicas con el fin de desacreditar a la institución encargada de realizar el censo, a sus técnicos y, en última instancia, deslegitimar un proceso censal financiado con fondos públicos, que son patrimonio de cada ciudadano del país.


martes, 15 de agosto de 2023

Anarcolía cósmica

Hace días vengo pensando en garabatear estas líneas, pero el país, ¡ay el país!, no para de arrojarnos titulares como chanclazos.

Cada día llega una nueva noticia a enterrar la anterior en una montaña de estiércol fresco, dejándonos la indignación y la  indiferencia que nos arrastran como un tsunami de melancolía colectiva.

Es que, si no es Mengano, es Zutano, y si no Perencejo. Solo nos falta que llegue el primo lejano de Pepito (el de los cuentos) para decirnos que lo que estamos viviendo es solo el preludio de un enredo monumental con tintes de cacho colorado.

Cuando deberíamos estar festejando por haber sobrevivido a ese carrusel de catástrofes naturales y pandemias que enfrentamos (solos) en años anteriores, resulta que otra vez tropezamos para caer de bruces sobre una realidad repleta de episodios de odio y venganza. En un bucle repleto de muertos anónimos, con villanos y chullitas que no aportan en nada pues ni siquiera son capaces de salvarse a sí mismos.

¡Menudo paquete nos ha tocado desenvolver a los ecuatorianos!, testigos de los cientos de regalitos envenenados que nos trae la verdad que nos azota, una pandemia de inseguridad aupada por la mala política y los malos políticos que sin sonrojo se han investido de rockstars dizque para romper todo, incluso sus consciencias, por puro odio y por el placer culposo de exorcizar su pequeñez.

Mientras esperamos que pase el tsunami y por si me buscan, seguiré aquí, echándole una cucharadita de miel de abeja al café que esta noche acompaña el reconteo de jugarretas cósmicas que me han dejando los años, en un constante pellizco de sorpresas a las que casi siempre es mejor sacarles la lengua y guiñarles un ojo.



 

sábado, 11 de febrero de 2023

Análisis Breve de la Elección 2023 en Ambato

 

Los resultados de la última elección de autoridades provinciales y cantonales en el Ecuador nos dejó varias sorpresas, de las que me referiré únicamente a lo sucedido en Ambato, por la novedad que encuentran algunos analistas que no creían posible que una mujer indígena sea electa para ese cargo. Por el contrario, el resultado era previsible por lo observado en votaciones anteriores, donde candidatos indígenas han tenido votaciones importantes, entre ellas, las de prefecto de Tungurahua e incluso la de presidente en la primera vuelta, además destaco lo siguiente:

Esperaba una dispersión en los votos de varios candidatos, lo que se traduce en que el voto urbano terminó repartido entre todas las candidaturas mientras y que el voto rural se concentre en la opción ganadora. Es así que, en seis de las nueve parroquias en las que L. Amoroso alcanza la mayor votación, no logra una diferencia importante frente al resto de candidatos.

Por su lado, D. Caiza alcanza valores superiores al 50% de votos válidos en siete parroquias, es decir, más obtiene más votos que las que alcanzan todos sus contendores juntos. Incluso supera el 70% en dos de ellas (Ambatillo y Pasa).


El comportamiento del votante de la ciudad en las últimas dos elecciones muestra una búsqueda de nuevas personas para ocupar los cargos de elección, en especial el de alcalde, prefiriendo un candidato fresco, frente a la opción que representa el alcalde en funciones, en este caso, incluso sobre los dos últimos.

En la siguiente ilustración se muestra la concentración de votos de los dos candidatos mejor votados (la opción nueva frente a la opción anterior)


Si bien, es el voto de las parroquias rurales y con mayor presencia de población indígena la que termina definiendo el resultado, es innegable que D. Caiza mantiene una votación importante en todas las parroquias de Ambato.

En números cerrados, el padrón incluía 300.000 votantes de los que se presentaron 242.000 por lo que el ausentismo fue del 19%. Luego de la votación se registraron 213.000 votos válidos (el resto fueron blancos o nulos), que son el insumo del presente análisis.

Nota curiosa: el mayor número de votantes son mujeres (52%). Si solo ellas habrían votado, el resultado se habría mantenido pero, las votaciones de S. Marín y S. Dávalos habrían sido 1 punto porcentual más alto.


Entrada destacada

Resumen de la presentación del libro "Los Guerrero, Genealogía i Bitácora".

Ambato, viernes 22 de febrero de 2019 Teatro del Centro Cultural Eugenia Mera