lunes, 6 de abril de 2020

Ambato, cinco pasos para reactivarnos en época de coronavirus.


Desde hace varias semanas y buscando aprender sobre algo que desconozco, como casi todos en el País y en el mundo, he venido colectando datos de diferentes fuentes y leyendo varios documentos, evitando las redes y, debo reconocer también, evitando escuchar a los voceros comprometidos con las acciones que se han implementado, lo que puede haber sesgado en parte mi criterio sobre “qué hacer en medio de la crisis”. He querido ahora consignar aquí conclusiones y comentarios que, como siempre, son personales.
Estamos viviendo la primera de varias olas, asumiendo el escenario de que una cura no sea posible en un tiempo corto. Esta vendrá dividida en tres (o hasta en cuatro) momentos que podrían ser tan cercanos e intensos como la estrategia para enfrentarlas lo permita. El momento uno es la crisis sanitaria, inicio de la ola y que ya la está viviendo el País y a la que Tungurahua y Ambato han entrado más tarde, al momento de esta publicación, todas las provincias y el 63% de cantones del País tiene al menos un infectado, 67% de provincias tienen al menos un fallecido con diagnóstico de Covit; el momento dos será una crisis política reflejada en el desgaste de la imagen de muchos de los líderes políticos y autoridades electas o designadas (ya lo viven varios cantones grandes y pequeños), vendrá acompañada del que podría ser el momento cuatro, una crisis de seguridad, muy probable que Guayaquil y sectores de Quito la sufran; el momento tres es la crisis económica que golpeará a los grandes y muy probablemente pulverizara a los medianos y pequeños empresarios, aunque parezca extraño, los informales serán muy golpeados mientras dure la crisis sanitaria (razón por la que hay que ayudarles desde el estado local) pero serán también los primeros en recuperarse cuando la ola pase.
Con ese antecedente, estimo, para una discusión primera, plantear cinco acciones a implementar de manera inmediata (sí, he incluido una más) y a fortalecerlas con esa misma premura, más si como anticipan los expertos, luego de la pandemia, no vendrá una recuperación sino un cambio cultural mundial.
1. Construcción de un sistema local de información con el objetivo de contar con cifras pertinentes, oportunas y confiables.
2. Ayuda condicionada a la población en riesgo económico y sanitario.
3. Fortalecimiento de redes de comercio de proximidad para sostener la salud de la población y la economía local.
4. Intensificar el aislamiento social.
5. Prepararnos para “volver a la normalidad”.

1.       Construcción de un sistema local de información con el objetivo de contar con cifras pertinentes, oportunas y confiables.
¾      Sin cifras cualquier camino que escojamos nos llevará a “ninguna parte”, ojo, no digo que no existan, solo propongo conformar un equipo de expertos, escogidos del personal con el que ya cuenta la institucionalidad pública, esto para evitar costos y tardanzas, ellos deberían construir un Sistema de Información de la ciudad y la provincia, captando información de fuentes existentes y de los registros nacionales que actualizan permanentemente, uno de ellos es el REVIT (Registro Civil e INEC) y los formularios electrónicos de defunciones y las llamadas que recibe el ECU 911 (entre otros).
¾      Implementar una línea telefónica, app o formulario electrónico (o los tres) donde la ciudadanía informe de casos sospechosos, fallecimientos en casa y otros; debe estar atado a un servicio de ayuda que ofrezca, a mi criterio el municipio por su competencia en la ciudad (ver el punto 2 de este documento). La información debe estar georreferenciada o al menos ubicada con direcciones para poder monitorear los territorios urbanos en búsqueda de focos de contagio e implementar acciones correctivas o preventivas (ver punto cuatro de este documento), hay que activar la organización barrial y la economía de proximidad.
¾      Colectar información (por medios electrónicos) de personas que vivan solas, personas de la tercera edad y otras en condiciones de riesgo para realizar un seguimiento de sus casos. Mientras dure el teletrabajo se puede destinar a personal de las instituciones de la ciudad a esa tarea, quienes lo harían desde sus casas, nuevamente el barrio activado.
¾      Colectar información de proveedores locales de alimentos (ver punto 3 de este documento) urbanos y sobre todo rurales, en especial de economías familiares y comunitarias y sobre todo de las Pymes locales (sin descartar a los grandes), para acercarlos a las redes de comercio que deben funcionar durante la crisis (ver punto 3 de este documento).
2.       Ayuda condicionada a la población en riesgo económico y sanitario
¾      La mayoría de apoyos que he visto en medios nacionales y locales están orientados a apoyar a población en condiciones de pobreza (lo cual debe hacerse de manera permanente y no solo en esta coyuntura), pocas están enfocadas en la población dependiente de su ingreso diario (informales y cuentapropistas), a las que hay que extenderles un salvavidas en estos días, para ellos hay que pensar incluso en dotarles de alimentos (no de transferencias monetarias) que provengan de productores locales (economía de proximidad), logrando que la dinámica comercial propia de la ciudad se mantenga aunque sea en niveles mínimos.
¾      Estas ayudas deben estar condicionadas a la permanencia dentro de sus casas y al abandono de las calles de la ciudad mientras dure la pandemia, considero importante incluir un pequeño impreso con instrucciones sobre cómo actuar mientras dure la emergencia (higiene, aislamiento social, números de emergencia y otra que se considere conveniente)
¾      La ayuda alimentaria debería ser de una canasta de alimentos (lo básico y local) calculada para 4 personas por 15 días, así se evita la sobrecarga de trabajo en su reparto.
3.       Fortalecimiento de redes de comercio de proximidad para una economía de la reciprocidad
¾      El mayor porcentaje del comercio (sino la totalidad) en la ciudad, durante la emergencia en sus tres momentos, debe provenir de productores locales, incluso el que realizan las grandes cadenas de supermercados, con el fin de apoyar la economía de nuestros productores (que en último término es la economía de Tungurahua) y de evitar el flujo de personas que traigan o lleven contaminación. Si es necesario comprar alimentos para apoyar a informales y cuentapropistas dependientes de su ingreso diario hay que comprarlo, a productores locales, lo que no se produce en la provincia no se compra.
¾      Fortalecer a las tiendas de barrio como centros de abasto del vecindario, para ellas definir un protocolo (no de palabras, sino de hechos concretos y rápidos), recomendarles medidas sanitarias y formas de atender a sus clientes, por ejemplo, uso de whatsaap para realizar pedidos y uso de medios de pago electrónicos. Con la población en riesgo identificada a nivel de barrio o de cuadra desde allí se puede proveer. Igual recomendación para proveedores de gas, panaderías, farmacias y otros comercios esenciales.
¾      Establecer un mercado virtual de productos locales, dónde se encuentren proveedores de productos y de servicios con compradores en tiempo real. A este se podrían juntar las tiendas de barrio como compradores. Incluso se podría buscar financiamientos de cooperativas locales que seguro deben tener afectadas sus colocaciones, pronto pago a proveedores y crédito de siete días al tendero, todo por medios electrónicos.
4.       Intensificar el aislamiento social
¾      Ninguna oficina administrativa ni pública, ni privada debe estar en trabajo presencial ni total ni parcialmente; así dejamos espacio para que se movilicen las actividades operativas esenciales con el mínimo de personal posible.
¾      Jornadas de trabajo de sectores sensibles, en la medida que sea posible, un día sí y otro no; quizás las empresas públicas pueden organizarse de manera que mantengan un número reducido de personal trabajando en el mismo espacio. Muchos de quienes enfrentan la emergencia se convierten en los primeros contagiados y en vectores propagadores.
¾      Si se detecta algún sector de la ciudad con alta presencia o posibilidad de contagio, se deben implementan acciones concretas (pre establecidas) en ese barrio o en esa cuadra e incluso en un edificio determinado (ayuda y control), principio del barrio activado con principios de solidaridad y reciprocidad.
¾      Contacto cercano y permanente con líderes barriales, a través de medios electrónicos y video conferencias, planificación de acciones conjuntas y ejecutarlas.
5.       Prepararnos para “volver a la normalidad”
¾   Retomar las actividades como si no ha pasado nada tiene riesgo y puede provocar un nuevo brote, en especial donde no ha existido presencia importante de contagios, hay que planificar el retorno priorizando en esos momentos la salud y la economía. Será importante que Ambato y Tungurahua vuelvan al comercio y la manufactura como es su característica.
¾   Lo que pueda esperar un poco, lo administrativo, la educación, algunos servicios que se puedan dar desde las casas deben seguir en teletrabajo, una opción es marcar durante algunas semanas días alternados para tele trabajar, incluso en el sector público.
¾   Es importante revisar algunos componentes de gasto de los presupuestos de los hogares, para mantenerlos en niveles bajos (arriendos), diferirlos (pagos de préstamos, hipotecas, gastos de salud) e incluso bajarlos (educación privada en todos sus niveles).

Seguro quien lea este post tendrá mil ideas más, ahora hay que expresarlas para multiplicarlas en beneficio de todos. 

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