Primera
recomendación: Un nuevo enfoque normativo
La ley
que rige al Sistema Estadístico Nacional (SEN) y al Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INEC) está obsoleta.
Aunque la
Asamblea Nacional aprobó una actualización en 2012, esta fue vetada por el
presidente de la República de esa época. Desde entonces, se han intentado
corregir sus deficiencias mediante el Decreto No. 77 de 2013, que amplió las
competencias del INEC; el Código Ingenios, que definió el perfil del director
general al considerar erróneamente al INEC como un instituto de investigación;
y la Ley de Protección de Datos Personales, que facilita el uso de estos para
la producción estadística. Sin embargo, estos esfuerzos han sido insuficientes,
ya que omiten otras discusiones clave, como el secreto estadístico y la
obligatoriedad de entregar la información que el INEC solicite, tanto a otras
instituciones del Estado como a personas y unidades productivas.
Una nueva
ley estadística debe reconocer la relación entre estadística y geografía,
otorgando al INEC mayores competencias para la producción y el desarrollo de
cartografía, así como para la consolidación del sistema estadístico basado en
registros administrativos, en el cual el INEC ha trabajado desde el censo de
2010. Asimismo, debe contemplar la modernización de las comisiones especiales
de estadística y sus mesas de trabajo. Además, debe responder a los avances
logrados en los últimos 20 años en términos de disponibilidad universal de
datos (datos abiertos), desarrollo de métodos para el uso de registros
administrativos y producción de censos mixtos (empadronamiento y registros).
Por su
parte, la normativa diseñada para gestionar el funcionamiento del INEC ha
generado una alta carga burocrática y ha establecido procesos que, en la
práctica, se cumplen solo parcialmente o añaden costos innecesarios. Su
revisión debe ser prioritaria, evaluando con sentido crítico el modelo de
delegación de funciones, en especial el rol de los comités internos, que si
bien han sido útiles para formalizar y sostener decisiones técnicas, tienen un
impacto limitado en la gestión operativa y, desde el ámbito administrativo,
pueden generar obstáculos.
Ante la
emisión de la Ley de Protección de Datos Personales, es necesario actualizar la
normativa interna que regula la recolección, el uso y la mejora de fuentes de
información clave. Este marco debe incluir el almacenamiento seguro de los
datos, la incorporación de tecnología en todos los procesos y la transferencia
de información procesada a las fuentes originales.
Segunda
Recomendación: Proteger al INEC de la inseguridad y la violencia
política
La
experiencia de los últimos años debe alertarnos sobre el creciente riesgo que
enfrenta el INEC ante incidentes graves relacionados con la violencia, que no
solo pone en peligro a las personas y los bienes institucionales, sino que
también compromete la calidad de la información.
Cada vez
más sectores son catalogados como peligrosos, especialmente en las principales
ciudades del país (Quito y Guayaquil) y en buena parte de la costa. Al mismo
tiempo, los rechazos y los trámites para ingresar a urbanizaciones cerradas y
edificios continúan en aumento, mientras que los fenómenos migratorios exigen
una actualización constante de las condiciones de ocupación de las viviendas,
lo que genera mayores costos.
El Censo
de 2022 dejó importantes aprendizajes en materia de seguridad y evidenció la
violencia política que afecta al instituto. También permitió desarrollar planes
y protocolos útiles para mitigar sus riesgos; sin embargo, aún es necesario
avanzar en la discusión para establecer estrategias que protejan a los
funcionarios, resguarden los bienes institucionales y garanticen la calidad de
la información.
Para
ello, es preciso destinar recursos que mejoren la eficiencia administrativa,
asegurando, por ejemplo, el pago puntual de salarios e incluyendo el pago de
deducibles en las pólizas que cubren los equipos utilizados en campo. Asimismo,
es fundamental diseñar métodos alternativos de recolección de datos en zonas de
difícil acceso, como el autorelevamiento, y fortalecer la coordinación con
instituciones del sector seguridad y otros actores en territorio (líderes
barriales y comunitarios). Finalmente, no se debe descuidar la elaboración de
un plan integral de seguridad de la información que garantice la protección de
los datos personales.
Tercera
recomendación: Fortalecer el sistema de registros
Este
proceso está impulsado principalmente por tres factores: i. la creciente
demanda de información, tanto en términos de nuevas temáticas como en
desagregaciones, lo que resulta cada vez más difícil de atender en un contexto
de presupuestos fijos o decrecientes; ii. los avances del INEC y de otras
oficinas nacionales de estadística (ONE) en el desarrollo de metodologías para
la producción y tratamiento de datos, así como para el acceso y análisis de
calidad de las fuentes; y, iii. los crecientes desafíos para la ejecución de
operaciones de campo en entornos de inseguridad.
Para
enfrentar estos desafíos, el Proyecto de Fortalecimiento del Sistema
Estadístico Nacional, financiado por el Banco Mundial, ofrece oportunidades
clave. Entre ellas, el fortalecer la producción estadística basada en encuestas
y registros administrativos, así como el mejorar la capacidad de gestión del
INEC. Por su lado, las ONE de la región y las agencias de Naciones Unidas, como
el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), consideran que la
explotación de registros con fines estadísticos no solo aporta a la generación
de estadísticas oficiales, sino que también impacta sobre la calidad de las
operaciones tradicionales, incluidos los censos.
Entre los
puntos críticos se encuentran los aspectos normativos, incluida la Ley
Estadística, con énfasis en el acopio, tratamiento y transferencia de registros
administrativos mejorados desde y hacia las fuentes; la infraestructura
tecnológica, actualmente insuficiente y que requiere ser adaptada para asumir
nuevas tareas; los esquemas, protocolos e infraestructura de seguridad, con
especial atención a la protección de datos personales; y las metodologías para
el tratamiento y análisis de calidad que permitan la integración de datos
administrativos en la producción estadística.
Entre los
retos pendientes se encuentran la construcción del registro estadístico de
edificaciones, la generación del primer corte del censo basado en registros
administrativos (resultado del REBPE – prácticamente listo), y la discusión en
espacios de articulación con expertos y usuarios especializados sobre nuevas
operaciones y sus indicadores derivados.
Cuarta
recomendación: Reorientar la comunicación para ampliar el uso de los datos
La
Cultura Estadística es un concepto abstracto, aunque presente en los objetivos
de cada ONE de la región. Por esta razón, los esfuerzos para promoverla suelen
diluirse entre las estrategias de posicionamiento institucional y aquellas
centradas en la autoridad principal, siendo esta última de menor relevancia
frente a los objetivos de largo plazo.
Existen
tres objetivos fundamentales en la promoción de la Cultura Estadística. El
primero se enfoca en facilitar las operaciones estadísticas (abrir el camino),
el segundo en la diseminación de la información (promocionar las cifras) y el
tercero en el fomento del uso universal de los datos (explicar su valor y
utilidad). Este último resulta especialmente relevante para actores públicos
que los requieren en la toma de decisiones, investigadores y académicos que los
emplean en estudios y análisis, así como para los medios de comunicación que
los utilizan para orientar a la opinión pública.
En
realidad, también existe un cuarto objetivo: fortalecer la imagen y
credibilidad del instituto.
El Censo
de 2022 dejó aprendizajes significativos en términos de articulación
institucional para facilitar la realización de operaciones estadísticas. Estas
lecciones deben institucionalizarse y trasladarse a futuras encuestas. Para
ello, es fundamental reforzar la comunicación en medios nacionales, locales y
redes sociales. Además, es crucial mantener una vinculación estrecha con
informantes, usuarios y otros actores clave en el proceso, como la Policía, las
autoridades locales, los medios de comunicación y los líderes barriales y
comunitarios. La interacción personal en el territorio sigue siendo el
mecanismo más efectivo para alcanzar este propósito.
En cuanto
a la diseminación de la información estadística, es necesario realizar un
cambio radical en la estrategia comunicacional del INEC, reorientándola hacia
la transferencia efectiva de datos desde la institución hacia la ciudadanía y
los distintos usuarios, tanto iniciados como especializados. Actualmente, el
INEC ha implementado plataformas digitales que garantizan la disponibilidad de
información, como su sitio web, aplicativos y visualizadores geoespaciales. Sin
embargo, estos recursos deben fortalecerse y promoverse activamente. Asimismo,
se requiere retomar acciones edu-comunicacionales permanentes, con
financiamiento y planificación adecuados, para mejorar la comprensión y el
acceso a los datos.
Para
fomentar el uso de la información estadística, es esencial implementar diversas
estrategias. Entre ellas, se destaca el fortalecimiento de la agenda analítica
propia del INEC, el establecimiento de vínculos con universidades e institutos
de educación superior para facilitar la elaboración de estudios y publicaciones
de interés nacional, así como la definición de planes de trabajo con organismos
internacionales para desarrollar investigaciones conjuntas sobre temas
relevantes para el Ecuador. También es clave impulsar la contribución de las
cifras estadísticas en el debate nacional sobre asuntos de interés público.
Para
articular estas acciones, se requiere la construcción de una política de
difusión estadística que oriente y estructure las actividades de la dirección
de comunicación y del INEC, asegurando así una estrategia coherente y sostenida
en el tiempo.
Quinta
recomendación: Construir una política de talento humano
Las
instituciones técnicas, como el INEC, requieren personal con la capacidad y
experiencia necesarias para ejecutar procesos complejos y operaciones de campo
a gran escala. Estas actividades no solo demandan presupuestos elevados, sino
que están estrechamente vinculadas con decisiones de política pública que
impactan a amplios sectores de la población. Sin embargo, estas competencias no
pueden adquirirse en otras instituciones nacionales, ya que no se replican en
otros ámbitos. Es común que técnicos formados en el INEC y en otras oficinas de
estadística sean captados por organismos internacionales y entidades públicas
de los Estados.
Ciertas
especialidades altamente técnicas, como muestreo, demografía, planificación
operativa especializada, metodologías de medición de pobreza y empleo, y
censos, requieren profesionales con una sólida formación académica. Atraer este
talento solo es posible mediante proyectos de gran envergadura, como un censo,
o a través de condiciones laborales y salariales competitivas, las cuales no
siempre puede ofrecer el sector público.
Hasta
diciembre de 2023, el INEC contaba con un número significativo de personal
contratado bajo modalidades ocasionales (281 empleados) y por servicios
profesionales (116 empleados). Muchos de ellos desempeñaban funciones
esenciales para el funcionamiento institucional, mientras que el número de
servidores con nombramiento ha disminuido progresivamente, pasando de 446 en
2017 a 343 en 2023. Esta situación hace necesaria una revisión de la
composición del personal, considerando el tipo de contrato, los perfiles
profesionales y la distribución por unidad administrativa.
Reclutar
personas con los perfiles adecuados, formarlas en tareas especializadas y
mantenerlas actualizadas en sus áreas de conocimiento debe ser una prioridad
permanente para el INEC. El camino a seguir incluye la construcción de una
política de reclutamiento, capacitación y promoción continua que garantice la
sostenibilidad y eficiencia de la institución.
Sexta
recomendación: Impulsar la innovación tecnológica
El
patrimonio estadístico del país, contenido en reportes y bases de datos, se
encuentra resguardado en servidores que los alojan junto con metadatos que
documentan cómo fueron ejecutadas las operaciones estadísticas que los
generaron. Además, estos archivos contienen registros recopilados de diversas
fuentes administrativas, así como los aplicativos y sistemas esenciales para la
gestión y funcionamiento del Instituto.
La
infraestructura tecnológica, además de respaldar estos elementos, es
fundamental para la operatividad diaria del INEC. Por esta razón, debe
mantenerse en condiciones óptimas y actualizarse de manera constante. La
atención que ha recibido en los últimos años debe incrementarse
significativamente. Es crucial explorar nuevas formas de aprovechar la
tecnología, ya que la producción estadística depende cada vez más de
innovaciones tecnológicas y metodológicas.
Lejos de
lo que se suele pensar, la estadística oficial incorpora mejoras de forma
permanente. Por ello, además de lo expuesto, la actualización y fortalecimiento
de la infraestructura tecnológica son claves para concretar esfuerzos
estratégicos, como la creación de laboratorios de datos con acceso controlado
al público, la automatización de los procesos de reclutamiento y selección de
personal, y la optimización del modelo de producción estadística, todos ellos
proyectos prioritarios.
Séptima
recomendación: Cerrar brechas para la planificación del desarrollo
Propongo
la ejecución de dos operaciones estadísticas cuya urgencia aumenta con el
tiempo: la Encuesta Nacional de Victimización y el Censo Nacional Agropecuario,
debido a su impacto y a la necesidad de actualizar información clave para la
toma de decisiones. Además, planteo la inclusión de un módulo de migración en
las encuestas de hogares.
En el
caso de la Encuesta Nacional de Victimización, se ha elaborado una primera
propuesta cuyo presupuesto deberá ajustarse según la periodicidad y los niveles
de desagregación territorial que se definan con los principales usuarios. Como
mínimo, esta encuesta debería realizarse anualmente y proporcionar información
representativa de las principales ciudades del país. Su justificación radica en
el contexto de creciente inseguridad, el aumento en la percepción de riesgo y
la magnitud del fenómeno delictivo, que no siempre se refleja en los registros
oficiales de denuncias. Además del levantamiento de la encuesta, es fundamental
estructurar un mecanismo que permita aprovechar registros administrativos, como
las denuncias ante la Fiscalía, el registro de homicidios intencionales y las
llamadas de emergencia al ECU 911, entre otras fuentes clave.
Por otro
lado, el Censo Nacional Agropecuario requiere actualización, dado que el último
se realizó en el año 2000. Mientras que el Censo de Población se llevó a cabo
en 2022 y el Censo Económico en 2010, el sector agropecuario no ha contado con
un levantamiento censal reciente. Su actualización es indispensable para
disponer de marcos de muestreo actualizados, identificar nuevas formas de
producción (familiar y comunitaria), reconocer áreas tecnificadas o con
potencial de serlo, e incluso evaluar territorios afectados por la urbanización
y el cambio climático. Se estima que su financiamiento requerirá cerca de 50
millones de dólares, los cuales podrían obtenerse a través del Banco Mundial,
que ha mostrado interés en apoyar a Ecuador en este ámbito. Paralelamente, el
INEC ya trabaja en el fortalecimiento de la Encuesta de Superficie y Producción
Agrícola (ESPAC).
Los
flujos migratorios internos e internacionales son captados por los censos de
población, que en el mejor de los casos se realizan cada diez años, o por los
registros de ingresos y salidas internacionales, los cuales no reflejan la
migración informal. Sin embargo, la demanda de información sobre poblaciones
migrantes es creciente y requiere estrategias más ágiles y continuas de
recolección de datos. Un primer paso fundamental es la inclusión de módulos de
migración en las encuestas de hogares, lo que permitiría un monitoreo más
frecuente de las dinámicas migratorias y proporcionaría información clave para
la formulación de políticas públicas en materia de movilidad humana,
planificación territorial y prestación de servicios básicos.
Asimismo,
es necesario fortalecer la articulación con fuentes complementarias, como
registros administrativos, encuestas especializadas y estudios longitudinales,
para mejorar la cobertura y precisión de los datos sobre migración. La
integración de herramientas tecnológicas y metodologías innovadoras facilitaría
el seguimiento de tendencias migratorias en tiempo real, permitiendo respuestas
más oportunas a los cambios en los patrones de movilidad.
Nota para
el personal del INEC
Los datos
no solo cuantifican la realidad, sino que la iluminan. La información
recopilada y analizada en este proceso no es un mero ejercicio estadístico,
sino la base sobre la que se construyen políticas públicas más eficaces y
respuestas mejor orientadas a las necesidades de la ciudadanía. La rigurosidad
metodológica y el compromiso con la calidad de los datos garantizan que cada
cifra represente fielmente la complejidad social y económica del país.
Sin
embargo, las cifras, por sí solas, no transforman la realidad. Es en la
capacidad de interpretar, comunicar y utilizar estos datos donde reside su
verdadero poder. La articulación entre instituciones, la transparencia en la
difusión y el acceso abierto a la información son pilares fundamentales para
que la estadística pública no solo informe, sino que incida en la toma de
decisiones y en la planificación del desarrollo.
El
desafío no termina con la recopilación y análisis de datos; comienza con su uso
efectivo. Que cada número sea una herramienta para el desarrollo, que cada
estadística impulse acciones concretas y que cada informe contribuya a reducir
desigualdades y mejorar la calidad de vida. La estadística pública es mucho más
que cifras: es el insumo esencial para construir un futuro mejor, basado en
evidencia, planificación y compromiso.
¡Gracias!
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