Los resultados de la última elección de autoridades provinciales y cantonales en el Ecuador nos dejó varias sorpresas, de las que me referiré únicamente a lo sucedido en Ambato, por la novedad que encuentran algunos analistas que no creían posible que una mujer indígena sea electa para ese cargo. Por el contrario, el resultado era previsible por lo observado en votaciones anteriores, donde candidatos indígenas han tenido votaciones importantes, entre ellas, las de prefecto de Tungurahua e incluso la de presidente en la primera vuelta, además destaco lo siguiente:
Esperaba una dispersión en los votos de varios candidatos, lo que se traduce en que el voto urbano terminó repartido entre todas las candidaturas mientras y que el voto rural se concentre en la opción ganadora. Es así que, en seis de las nueve parroquias en las que L. Amoroso alcanza la mayor votación, no logra una diferencia importante frente al resto de candidatos.
Por su lado, D. Caiza alcanza
valores superiores al 50% de votos válidos en siete parroquias, es
decir, más obtiene más votos que las que alcanzan todos sus contendores juntos. Incluso supera el 70% en dos de ellas (Ambatillo y Pasa).
El comportamiento del votante de la ciudad en las últimas dos elecciones muestra una búsqueda de nuevas personas para ocupar los cargos de elección, en especial el de alcalde, prefiriendo un candidato fresco, frente a la opción que representa el alcalde en funciones, en este caso, incluso sobre los dos últimos.
En la siguiente ilustración se muestra la concentración de votos de los dos candidatos mejor votados (la opción nueva frente a la opción anterior)
Si bien, es el voto de las parroquias rurales y con mayor presencia de población indígena la que termina definiendo el resultado, es innegable que D. Caiza mantiene una votación importante en todas las parroquias de Ambato.
En números cerrados, el padrón incluía 300.000 votantes de
los que se presentaron 242.000 por lo que el ausentismo fue del 19%. Luego de
la votación se registraron 213.000 votos válidos (el resto fueron blancos o
nulos), que son el insumo del presente análisis.
Nota curiosa: el mayor número de votantes son mujeres (52%). Si solo
ellas habrían votado, el resultado se habría mantenido pero, las votaciones de S.
Marín y S. Dávalos habrían sido 1 punto porcentual más alto.