Las cifras oficiales
sobre violencia de género, luego de construidas, presentan dos caras que al
mismo tiempo ocultan y muestran la realidad, la primera da cuenta de
un fenómeno que fue poco visible hasta el aparecimiento de la primera Encuesta
Nacional de Violencia de Género (2011) que cuantifica parte de la violencia que
sufren las mujeres y de la Cuenta Satélite de Trabajo No Remunerado (2012) que
reconoce el peso de la economía nacional que corresponde al trabajo doméstico y
que sugiere la exclusión de mujeres dentro del mercado laboral, otras cifras lo confirman. La
segunda cara en cambio, oculta detrás del número frío el drama que vive cada víctima
de violencia e insensibiliza el análisis al reducirlo hasta convertirlo en una
estadística más, cuando lo correcto es emprender acciones que: eviten hechos de
violencia, protejan a las mujeres que la han sufrido y lleven a la justicia a
sus agresores.
A riesgo de permanecer
en la cara oculta, esta breve descripción recoge lo ocurrido en el año 2018 en
el Ecuador y en Tungurahua. Las
denuncias por violencia sicológica contra la mujer o algún miembro del
núcleo familiar son las que se receptaron en mayor cantidad en la Fiscalía de
Tungurahua[1]
(16,5%), mientras que la violencia intrafamiliar fue la quinta razón de alertas
que recibió el Servicio Integrado ECU 911 en ese año, notándose mayor
incidencia de estas en el Circuito La Matriz del Distrito Ambato Norte. Las alertas
de emergencias por violencia intrafamiliar representan el 4% del total de las
recibidas por el Servicio Integrado ECU 911, de ellas la mayoría fueron en la ciudad de
Ambato, donde están 9 de las 12 parroquias con mayor tasa por cada 10000
habitantes, tal como lo muestra el Gráfico 1. Dos parroquias de alta incidencia
de violencia de género están en Pelileo (Benítez y Chiquicha) y una en Píllaro.
La parroquia de mayor Tasa de alertas fue Atahualpa del cantón Ambato con 132
por cada 10000 habitantes
Gráfico 1. Tasa de alertas por violencia intrafamiliar
en Tungurahua - 2018
Fuente: Elaboración propia a partir de Alertas de
Emergencias ECU 911
En el Ecuador entre
los años 2014 y 2018 se contabilizaron 313 muertes[2] violentas de mujeres por
motivos de género, 59 solo en 2018, ver Tabla 1. En el período analizado, Tungurahua junto con Santo
Domingo de los Tsachilas ocupan la séptima ubicación como provincia con mayor número de
femicidios (14), de ellos, 9 se produjeron en Ambato, tal como lo reporta la
Comisión Estadística de Seguridad Ciudadana.
Tabla 1. Femicidios por Provincia entre 2014 - 2018
No.
|
Provincia
|
Femicidios
|
1
|
Pichincha
|
61
|
2
|
Guayas
|
53
|
3
|
Manabí
|
35
|
4
|
Azuay
|
18
|
5
|
Esmeraldas
|
16
|
6
|
El oro
|
15
|
7
|
Tungurahua
|
14
|
8
|
Santo Domingo
de los Tsachilas
|
14
|
9
|
Los Ríos
|
13
|
10
|
Loja
|
10
|
11
|
Orellana
|
10
|
12
|
Sucumbíos
|
10
|
13
|
Chimborazo
|
9
|
14
|
Imbabura
|
9
|
15
|
Cotopaxi
|
7
|
16
|
Santa Elena
|
6
|
17
|
Bolívar
|
4
|
18
|
Cañar
|
4
|
19
|
Morona Santiago
|
2
|
20
|
Napo
|
1
|
21
|
Pastaza
|
1
|
22
|
Zamora
Chinchipe
|
1
|
Total General
|
313
|
Fuente: Elaboración propia desde Comisión Estadística de
Seguridad
En siete de cada diez
femicidios el victimario fue la pareja[3]
de la víctima y en dos de cada diez fue su ex[4]
pareja, 65 % ocurrieron dentro de viviendas y en 24% de los casos dentro del
domicilio de la víctima. En Tungurahua, para los 5 años analizados, el 28,6% de
los femicidios (4) se produjeron en el área rural mientras que de los 10
ocurridos en el área urbana, nueve fueron en Ambato.
Las cifras expuestas muestran una realidad que debe modificarse no sólo a través de la política pública y la necesaria acción del Estado en el territorio, su eliminación también requiere de insumos que provengan de estudios serios y detallados, donde la academia local - como en mucho- aún nos debe, de la vigilancia de la sociedad organizada, pero sobre todo, del compromiso de los hogares para marcar la convivencia diaria libre de violencia, para no aceptar y señalar el comportamiento violento como conducta no deseada, para reportar los casos, ofrecer apoyo y solidaridad a las víctimas, para actuar en pos de prevenir los hechos fatales antes de que ocurran, así se salvarán más vidas pues la mayor parte de la violencia intrafamiliar y de género, sucede después de que las puertas de la casa se han cerrado y cuando "nadie ve", excepto los hijos, testigos inocentes de no pocos casos, que además de su niñez pierden en un mismo acto violento a su madre y a su padre.
Jorge García Guerrero
PHD (c) - Universidad de Córdoba UCO
[1] SIAF 1.0 (Delitos de acción pública)
[2] Comisión Estadística de Seguridad Ciudadana