De no realizarse, como lo proponen varias
voces, entre quienes hay personas cuyo criterio respeto y aun sabiendo que es
imposible detenerla en fechas tan próximas, les recuerdo que no sería la
primera vez que ocurra, en 1955 no se realizó por motivos económicos y
políticos. Tampoco es la primera vez que la ciudad discute si debe hacerse o no
debido a razones ajenas a la propia Fiesta pero que afectan fuertemente al País
y a la Ciudad, pasó en 1995 cuando el Ecuador se encontraba en medio de un
conflicto armado con el Perú, los criterios que se exponían entonces eran similares: que
no había nada que festejar, que los fondos debían destinarlos a fines más
apropiados. Lo que resultó en que la Fiesta se realice afectada por una
desprolija organización y con poca presencia de turistas o visitantes.
Mi posición es que la Fiesta 2021 debe
realizarse por las mismas razones por las que nació, más otras que son propias
del momento que estamos viviendo como comunidad. En las primeras está la manera
en la que los ambateños respondemos (o al menos creemos responder) a las
desgracias que nos son comunes, levantándonos para trabajar, para producir y así avanzar con esfuerzo propio. En la segunda están, el no sabernos derrotados ni por la
enfermedad ni por el miedo, el entender que se debe encontrar un equilibrio
entre el cuidado sanitario y la generación de ingresos para los hogares
afectados por varias pandemias y no solo por la del virus. En el ánimo y en lo
económico la Fiesta ha cumplido y cumple un rol importante, por eso mi decisión de defenderla.
Ojo, no vayan a pensar que este post plantea romper con las recomendaciones de cuidado o promover un flujo de turistas o reuniones y fiestas que resulten en mayores contagios, como ya ocurrió en el desastre causado por el futbol (y otros) en Guayaquil, a mi jamás se me ocurriría tamaña barbaridad. Es que, a pesar de no conocer la manera en la que se encuentra organizada la celebración, supongo que los organizadores habrán tomado las precauciones que corresponden para enfrentar un momento que si bien es particular ya nos ha permitido aprender de varias experiencias dolorosas.
Son otros temas los que hay que colocar en la
mesa al momento de discutir con seriedad sobre la celebración a la que llamamos
Fiesta de la Fruta y de las Flores y sobre la visión que tenemos de ella a
futuro. Entre los temas están, la fecha en la que se realiza y su coincidencia
con mucha de la oferta turística del País, qué hacer con el espumante; con el consumo de
alcohol y con la inseguridad; cómo debe ser la estructura encargada de la
organización de la Fiesta (no será conveniente fundir el Comité Permanente con el
área de cultura del Municipio); cómo devolver la celebración a la ciudad para
que no sea un producto acartonado de la oficialidad; cómo provocar la
innovación de sus programas patrimoniales; o, cuándo iniciamos de una vez por todas la construcción
del teatro de la ciudad.
Gracias amigo por tu aporte, son varios puntos de vista que inquietan a la población, olvidando en sí el origen y propósito del tema principal. El surgir a pesar de....
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